La Catedral ocupa un lugar privilegiado en el área central. Desde allí ofrece interesantes panorámicas hacia los diferentes puntos de la ciudad. Es parte del núcleo generador de León, exponente arquitectónico y urbanístico que define el espacio central de la plaza, en la que se encuentran edificios singulares y bien diferenciados. En el conjunto se destaca este inmueble por su monumentalidad. En su costado este, se observan áreas comerciales y el mercado, con una estructura especial abierta, definida al norte por un espacio baldío que incluye un muro de cierre. Es la Catedral más grande de Centroamérica. Cuarta de las que se construyeron en el mismo asentamiento, se erigió por iniciativa del Obispo Isidro Bullón y Figueroa en 1747. Se techaron sus naves durante el obispado de Esteban Lorenzo de Trístan y Esmoneta. Sus planos, atribuidos al maestro mayor de arquitectura de Guatemala, Diego de Porres, datan de 1767. Fue, finalmente, obra de una sucesión de prelados que modificaron su estilo en el transcurso del tiempo, aún después de concluida. En 1786 el Obispo Juan Félix de Villegas le añadió dos tramos y termino la s
ala capitular. El Obispo José Antonio de la Huerta y Caso le anexó la capilla del sagrario con sus piezas de la sacristía y la pila bautismal. En 1810, otro prelado, Nicolás García Jerez, erigió las torres y el frontispicio, concluyéndola en 1810. Bernardo Piñol y Aycinena la consagró en “Basílica” el 20 de Noviembre de 1860, otorgado por Pío XI. Su fachada original comenzó a ser alterada hacia 1906, cuando Monseñor Simeón Pereira y Castellón unieron las torres con el cuerpo central a través de un par de entablamentos sostenido por cuatro atlantes: dos bajo cada uno. En su interior, descansan los restos de Miguel Larreynaga (1700 – 1847), Rubén Darío (1867 – 1916), Luis H. Debayle (1865 – 1938), Salomón de la Selva (1893 – 1959), Alfonso Cortés (1893 – 1899) y, luego, los del Obispo Pereira y Castellón (1865 – 1921). El templo emerge del atrio que le sirve de elemento integrador al espacio urbano, con excepción del costado Este, a través de escalinatas que definen accesos principales, los cuales están flanqueadas por leones que descansan sobre bases macizas. Su planta es rectangular, según el tipo generalizado en las catedrales del siglo XVIII, tiene cinco naves con diez tramos abovedados. Las columnas son cruciformes, con la típica estría antigüeña que las recorre hasta continuar en el intradós de los arcos. Es notario el predominio de la curva en la cubierta: bóvedas vahídas en las naves, el crucero con cúpula de media naranja y las linternillas de las naves laterales como efecto de iluminación. Los muros exteriores son muy sólidos, sobrios y de escaso relieve, salvo la fachada principal que presenta características barrocas por la bulbosidad de sus torres de apariencia achaparrada y neoclásica por el uso de elementos decorativos afines: frontis, pilastras adosadas, frisos, etc. Muy singular es la colocación de los atlantes y entablamentos que unen las torres al cuerpo central. Ala unidad simétrica de la catedral se interrumpe en la saliente que forma la capilla de “ El Sagrario”, cuya fachada expresa claramente la influencia del barroco hispanoamericano. Como elementos decorativos en el interior, destacan el púlpito, el trono del Obispo, el tabernáculo con su baldaquín de bronce y su frontal de plata. Hay que valorar sus piezas de orfebrería e imaginaria de influencia barroca, rococó y renacentista. Las cargas del inmueble se absorben con bóvedas subte
rráneas de ladrillos de barros, proporcionando flexibilidad durante los movimientos sísmicos y transmitiendo las cargas al terreno. Muros, columnas y contrafuertes combinan el uso de la piedra, el ladrillo de barro y los morteros tradicional de cal y arena. Las cubiertas se resuelven con bóvedas de ladrillos de barros y morteros tradicionales. Los revestimientos se hacen con los morteros tradicionales y enlucidos de cal en el interior. Los pisos no originales son de ladrillos de cementos hidráulicos. La carpintería es de madera sólida con ventanas de ladrillos fijos policromados.
La reserva del Tisey está localizada en la región central montañosa de Nicaragua, en las tierras altas de pinares y cultivos de tabaco, donde se puede sentir una experiencia típica de una rica zona de Nicaragua, observar pájaros carpinteros, coloridas granjas de legumbres intercaladas con maíz y tabaco, entre verdes colinas, al subir por sus senderos se observa el precioso valle de Estelí. COMO LLEGARPartiendo desde Managua, se toma la Carretera Panamericana que llega a Estelí, a la altura del kilómetro 147. Contiguo al sector suroeste del Hospital San Juan de Dios, se encuentra la entrada del camino que lleva a las comunidades de La Estanzuela, Almaciguera, La Garnacha y La Tejera. En la comunidad de La Garnacha, se puede degustar exquisitos quesos añejos de leche de cabra. Ahí se encuentra la Estación de Guarda Parques y el Centro de Visitantes. Es recomendable el uso de vehículos 4X4.Por el sector sur, tomando la Carretera Panamericana, unos 12 kilómetros antes de llegar a Estelí, se llega al poblado de Santa Cruz, donde se encuentra el empalme que lleva al poblado de San Nicolás. Se continúa por este camino hasta llegar al sector conocido como La Laguna, donde encontrará el camino que va a La Tejera y L
a Garnacha (el recorrido completo es de unos 10 kilómetros).Atractivos• Bosque de pinos tropicales• Cascadas de agua.• Belleza escénica campestre y paisajística• Orquídeas exóticas y variadas bromelias.• Fauna silvestre.• Artesanía de Marmolina.• La Garnacha (Comunidad productora de quesos añejos y de cultivos orgánicos).• El Jalacate (galería de arte, trabajo de tallado en piedra)• La cueva del duende.• Centro de visitantes. 
